Pues sí, al final transformamos la clase en una Creperie . Con la generosa colaboración de unas cuantas mamás y nuestro voraz apetito, celebramos La Chandeleur como marca la tradición: comiendo crêpes.
Crepes redondos y amarillos como el sol. Elaborados con mucho amor y cocinados en la clase con mucho humor . Verdaderamente pasamos una mañana estupenda y no solo por la alegría de la fiesta, sino por compartir nuestra clase y nuestras actividades con vosotros. Aquí van las mejores imágenes de la mañana.
"À la Chandeleur le froid fait douleur"